Sandra tocó su carro nuevo. ¡Por fin! ¡Por fin había logrado su sueño… su propio carro! Ahora podía manejar a la escuela. No tenía que esperar el autobús. Podría tener su sitio para aparcar en el estacionamiento de la escuela. Podría llevar a sus compañeros a la escuela cuando quisiera. Lo mejor de todo esto es que ahora podía ir a cualquier sitio sin tener que pedirle a nadie la llevara.
Lo más probable es que...