Es conocida como la web para leer pues se caracterizó por la comunicación unilateral. En ella los usuarios sólo eran espectadores de lo que otros, con más medios tecnológicos y económicos colocaban en sus sitios web, por lo tanto, no podían editar, comentar, ni valorar los contenidos. Su principal medio de comunicación fue el correo electrónico y una mensajería instantánea rústica y obsoleta, como el
mIRC y el ICQ.