Persona gramatical

Alicia estaba empezando a cansarse de estar sentada a la orilla del río.

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Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano.

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Sacó del bolsillo unas llaves, las tanteó, una por una, pasando la mano por los dientes de sierra.

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No habías esperado la respuesta. Empezaste a recoger los restos del jarrón y a secar el suelo.

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La mujer se sentó a su lado, lo abrazó mucho, lo besó con cuidado en la frente.

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Me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar.

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Te pareció raro el ruido del motor y apretaste una vez más el botón de la luz.

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El país en que vivía Lucas, el maquinista del tren, se llamaba Lummerland y era muy pequeño.

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La mujer condujo al marido hasta una silla libre.

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En Corazón de María vivían, no hace mucho tiempo, un padre y un hijo conocidos como los Eremites.

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