―Cada mejora de los métodos de producción, cada concentración de la propiedad (...), parece reforzar la tendencia a la expansión imperialista. En la medida en que una nación tras otra entran en la era de las maquinarias y
adoptan los métodos industriales más avanzados, es más difícil para sus empresarios, comerciantes y financieros colocar sus reservas económicas, y progresivamente se ven tentados a aprovechar sus gobiernos para conquistar con fines particulares países lejanos y subdesarrollados a través de la anexión y del protectorado (...). Este estado de la cuestión en la economía es la raíz del imperialismo. Si los consumidores de este país pudieran elevar tanto su nivel
de consumo que fueran capaces de avanzar a la par que las fuerzas de producción, no habría ningún excedente de mercancías y capital capaz de exigir del imperialismo el descubrimiento de nuevos mercados (...).
El imperialismo es el esfuerzo de los grandes dueños de la industria para facilitar la salida de su excedente de riqueza, buscando vender o colocar en el extranjero las mercancías o los capitales que el mercado interior no puede absorber. (John A. Hobson, Estudio del Imperialismo, 1902).
De acuerdo al texto anterior del economista inglés y al contexto europeo de principios del siglo XX, es correcto sostener que:
I) el autor citado establece una relación directa entre la estrechez del mercado interno y la expansión imperialista.
II) las prácticas imperialistas constituyeron una forma de expansión de los Estados europeos y de los grandes capitales.
III) la rivalidad entre las naciones industrializadas por expandir sus mercados a través del imperialismo, constituyó uno de los principales antecedentes de la Primera Guerra Mundial.