Moras probióticas para transformar la lonchera.
Ingenieros de alimentos quieren revolucionar la industria con comestibles de paquetes saludables. Con este fin, utilizan microorganismos benéficos para la salud en productos poco tradicionales, como las moras de castilla. El objetivo es ofrecer una nutritiva y atractiva golosina crujiente. Sneyder Rodríguez Barona, docente de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales e integrante de la Mesa de Seguridad Alimentaria de Caldas, trabaja en la obtención, de alimentos funcionales a partir de compuestos orgánicos útiles para alguna función del cuerpo humano (compuestos bioactivos). A este grupo pertenecen los probióticos, que contienen microorganismos vivos que, al ser consumidos con frecuencia, proporcionan beneficios para el tracto digestivo. En algunos casos, reducen el colesterol en la sangre e, incluso, se investigan sus propiedades para inhibir ciertos tipos de cáncer. La innovación de la UN consiste en el enriquecimiento nutricional de moras y otras frutas, así como de su presentación, para que puedan reemplazar el tradicional tentempié de “paquetico”. "A las cualidades nutricionales propias de la mora las estamos enriqueciendo con probióticos e impregnando con prebióticos, una fibra soluble que en el tracto intestinal favorece el crecimiento de los microorganismos benéficos", afirma Rodríguez Barona. Esta mezcla produce un alimento potencialmente simbiótico, es decir, que su unión maximiza la acción saludable de los microorganismos en el cuerpo. Y, aunque las propiedades funcionales favorecen a chicos y adultos, este proyecto está pensado especialmente para los niños, pues ellos constituyen la población que peor se alimenta, por lo cual existen deficiencias de hierro, calcio y zinc, según lo estableció la Mesa de Seguridad Alimentaria. “Para la lonchera sería ideal la sustitución de productos de paquete y comida chatarra, ya que su aporte nutricional es mínimo ( solo harinas, grasas y azúcares). Nuestra idea es ofrecer productos llamativos, apetecibles para los pequeños y muy ventajosos para su desarrollo”, manifiesta la docente. Tomado y adaptado de un periódico de la Universidad Nacional