COMPRENSION LECTORA LITERATURA PRECOLOMBINA

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8th Grade

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COMPRENSION LECTORA LITERATURA PRECOLOMBINA

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8th Grade

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sandra patricia ramirez cuy

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1.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

El padre Calancha quiso hacer una historia edificante, mostrar el prodigioso origen de la imagen que el pueblo venera en el santuario del Lago Titicaca y dar a este una prestancia digna de su fama. Cuenta, en efecto, el fraile que el indio Francisco de Tito Yupanqui, de quien no se tiene más referencias que las que él ha conservado, entró, por inspiración de Dios, en el deseo de hacer que la Virgen de la Merced, que había admirado en los altares de la ciudad de La Paz, fuera adorada también en su aldea. Y, con ese propósito, decidió modelar la imagen con sus propias manos. Empero, el indio, según Calancha, carecía de la capacidad para ello. No solo le faltaba la experiencia sino también la disposición natural. Las manos torpes no obedecían a la voluntad y lo que de ellas salían no eran sino imágenes informes, cuando no ridículas, de la Virgen. Pero no por ello el indio cejó en su propósito. Por el contrario, el deseo se hizo más fuerte cuanto mayor la insuficiencia. Trató de vencer esa insuficiencia por todos los medios a su alcance. Viajó a otras ciudades del país. Imitó a los artistas que encontró a su paso. Pero los resultados eran siempre negativos.

En las torturas que eso le producía, el indio pedía al cielo ayuda. "Lloraba su ineptitud, afligíale la dificultad -escribe Calancha-, animábale el deseo y a todo recurría, con las lágrimas, a la madre de Dios". Hasta que la apasionada persistencia y la torturada voluntad del indio consiguieron el prodigio. Dios hizo que la última de sus penosas creaciones se convirtiera en la graciosa y fina imagen que el pueblo venera aún en Copacabana y que los críticos consideran como una de las más bellas creaciones de escultura colonial boliviana.

PREGUNTA

¿Cuál de las siguientes alternativas refleja mejor la intención que el padre Calancha tenía al narrar la historia de Tito Yupanqui?

Demostrar que todo el que posea una vocación suficientemente fuerte, como Tito Yupanqui, alcanzará finalmente su objetivo.

Revelar que el arte no es una actividad de lujo o de la gente instruida, sino una actividad que surge como una necesidad humana básica.

Mostrar que la imagen de la Virgen de Copacabana fue producto no solo de la constancia humana sino también de la intervención divina.

Evidenciar la necesidad que sentía Tito Yupanqui por representar a la Virgen de la Merced a través de sus propias manos.

2.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

El padre Calancha quiso hacer una historia edificante, mostrar el prodigioso origen de la imagen que el pueblo venera en el santuario del Lago Titicaca y dar a este una prestancia digna de su fama. Cuenta, en efecto, el fraile que el indio Francisco de Tito Yupanqui, de quien no se tiene más referencias que las que él ha conservado, entró, por inspiración de Dios, en el deseo de hacer que la Virgen de la Merced, que había admirado en los altares de la ciudad de La Paz, fuera adorada también en su aldea. Y, con ese propósito, decidió modelar la imagen con sus propias manos. Empero, el indio, según Calancha, carecía de la capacidad para ello. No solo le faltaba la experiencia sino también la disposición natural. Las manos torpes no obedecían a la voluntad y lo que de ellas salían no eran sino imágenes informes, cuando no ridículas, de la Virgen. Pero no por ello el indio cejó en su propósito. Por el contrario, el deseo se hizo más fuerte cuanto mayor la insuficiencia. Trató de vencer esa insuficiencia por todos los medios a su alcance. Viajó a otras ciudades del país. Imitó a los artistas que encontró a su paso. Pero los resultados eran siempre negativos.

En las torturas que eso le producía, el indio pedía al cielo ayuda. "Lloraba su ineptitud, afligíale la dificultad -escribe Calancha-, animábale el deseo y a todo recurría, con las lágrimas, a la madre de Dios". Hasta que la apasionada persistencia y la torturada voluntad del indio consiguieron el prodigio. Dios hizo que la última de sus penosas creaciones se convirtiera en la graciosa y fina imagen que el pueblo venera aún en Copacabana y que los críticos consideran como una de las más bellas creaciones de escultura colonial boliviana.

PREGUNTA

¿En qué se basa Calancha centralmente para proponer la existencia de un prodigio en su relato?

En que Dios inspiró a Tito Yupanqui para que esculpiera una Virgen que fuera adorada en Copacabana.

En que el indio Tito Yupanqui tratara por todos los medios posibles de superar las insuficiencias de su obra a través de una travesía de aprendizaje.

En que, a pesar de la inexperiencia y falta de habilidad de Tito Yupanqui, logró esculpir milagrosamente, a una de las vírgenes más bellas.

En que, poco a poco, gracias a su notable constancia, Tito Yupanqui fuera capaz de desarrollar una virgen digna de ser venerada.

3.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

El padre Calancha quiso hacer una historia edificante, mostrar el prodigioso origen de la imagen que el pueblo venera en el santuario del Lago Titicaca y dar a este una prestancia digna de su fama. Cuenta, en efecto, el fraile que el indio Francisco de Tito Yupanqui, de quien no se tiene más referencias que las que él ha conservado, entró, por inspiración de Dios, en el deseo de hacer que la Virgen de la Merced, que había admirado en los altares de la ciudad de La Paz, fuera adorada también en su aldea. Y, con ese propósito, decidió modelar la imagen con sus propias manos. Empero, el indio, según Calancha, carecía de la capacidad para ello. No solo le faltaba la experiencia sino también la disposición natural. Las manos torpes no obedecían a la voluntad y lo que de ellas salían no eran sino imágenes informes, cuando no ridículas, de la Virgen. Pero no por ello el indio cejó en su propósito. Por el contrario, el deseo se hizo más fuerte cuanto mayor la insuficiencia. Trató de vencer esa insuficiencia por todos los medios a su alcance. Viajó a otras ciudades del país. Imitó a los artistas que encontró a su paso. Pero los resultados eran siempre negativos.

En las torturas que eso le producía, el indio pedía al cielo ayuda. "Lloraba su ineptitud, afligíale la dificultad -escribe Calancha-, animábale el deseo y a todo recurría, con las lágrimas, a la madre de Dios". Hasta que la apasionada persistencia y la torturada voluntad del indio consiguieron el prodigio. Dios hizo que la última de sus penosas creaciones se convirtiera en la graciosa y fina imagen que el pueblo venera aún en Copacabana y que los críticos consideran como una de las más bellas creaciones de escultura colonial boliviana.

PREGUNTA

¿Cuál(es) de las siguientes alternativas reforzaría(n) lo planteado por el texto acerca de la historia del Padre Calancha?

Se dice que posteriormente, Tito Yupanqui esculpió también a la Virgen de Pucarani, dada la majestuosidad de la Virgen de Copacabana.

Hay un testimonio del propio Calancha en que expone que contó esta historia milagrosa con la finalidad de mostrar el triunfo de la religión y el dios católicos, y atraer peregrinos hacia Copacabana.

En otras crónicas sobre la época, se evidencia que, realmente, muchos artistas indígenas habían creado magnificas obras de arte.

No hay crónicas sobre esa época ni el testimonio propio de calancha

4.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

Empero, el indio, según Calancha, carecía de la capacidad para ello. No solo le faltaba la experiencia sino también la disposición natural. Las manos torpes no obedecían a la voluntad y lo que de ellas salían no eran sino imágenes informes, cuando no ridículas, de la Virgen. Pero no por ello el indio cejó en su propósito. Por el contrario, el deseo se hizo más fuerte cuanto mayor la insuficiencia. Trató de vencer esa insuficiencia por todos los medios a su alcance. Viajó a otras ciudades del país. Imitó a los artistas que encontró a su paso. Pero los resultados eran siempre negativos

PREGUNTA

En el fragmento anterior la palabra subrayada puede ser remplazada por :

tal vez

Nunca

Por consiguiente

Pero

5.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

La Llorona

Luis González Obregón

(Las calles de México, Leyendas y sucedidos)


Consumada la Conquista, y más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la Ciudad de México que se recogían en sus casas a la hora de la queda, tocada por las campanas de la primera catedral a media noche, y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.

Las primeras noches, los vecinos contentábanse con persignarse o santiguarse, ya que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellos, de ánimas del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos, que algunos osados y despreocupados quisieron cerciorarse con sus propios ojos de qué era aquello; y, primero desde las puertas entornadas de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obcuras noches o en aquellas en que la luz pálida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos, los tejados y las calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos.

Vestía la mujer traje blanquísimo, y blanco y espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas, aunque sin faltar una sola a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo. Al llegar a orillas del salobre lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía.

"La hora avanzada de la noche -dice el Dr. José María Marroquí-, el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer en el lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."

PREGUNTA

¿A qué género pertenece la leyenda de La llorona?

Narrativo

Informativo

Periodistico

Lirico

6.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

La Llorona

Luis González Obregón

(Las calles de México, Leyendas y sucedidos)


Consumada la Conquista, y más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la Ciudad de México que se recogían en sus casas a la hora de la queda, tocada por las campanas de la primera catedral a media noche, y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.

Las primeras noches, los vecinos contentábanse con persignarse o santiguarse, ya que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellos, de ánimas del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos, que algunos osados y despreocupados quisieron cerciorarse con sus propios ojos de qué era aquello; y, primero desde las puertas entornadas de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obcuras noches o en aquellas en que la luz pálida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos, los tejados y las calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos.

Vestía la mujer traje blanquísimo, y blanco y espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas, aunque sin faltar una sola a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo. Al llegar a orillas del salobre lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía.

"La hora avanzada de la noche -dice el Dr. José María Marroquí-, el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer en el lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."

PREGUNTA

Una característica que distingue a la leyenda es que se transmite de forma:

didáctica y novedosa

misteriosa e incompleta

oral y anónima

terror y novedosa

7.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

Las primeras noches, los vecinos contentábanse con persignarse o santiguarse, ya que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellos, de ánimas del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos, que algunos osados y despreocupados quisieron cerciorarse con sus propios ojos de qué era aquello; y, primero desde las puertas entornadas de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obcuras noches o en aquellas en que la luz pálida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos, los tejados y las calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos.

PREGUNTA

¿Qué opción se relaciona con la palabra santiguarse?

Una señal

Un santo.

Un remedio

Una oración

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