12.
(I) La cebolla tiene que estar finalmente picada.
(II) Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo.
(III) Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces, como quien dice, “uno se pica” y ya no puede parar.
(IV) No sé si a ustedes les ha pasado, pero a mí la verdad sí.
(V) Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela.