Vamos a cerrar nuestra lectura de Memorias póstumas de Bras Cubas de Machado de Assis.
En primer lugar, lee atentamente el capítulo 108 titulado "Que no se entiende":
"He ahí el drama. Ha ahí la punta de la oreja trágica de Shakespeare. Ese pedacito d epapel, garabateado en algunas partes, estrujado por manos, era un documento de análisis que yo no haré en este capítulo, ni en otro, y tal vez ni siquiera en el resto del libro. ¿Podría quetarle al lector el gusto de notar por sí mismo la frialdad, la perspicacia y el ánimo de esas pocas líneas, trazadas de prisa, y detrás de ellas la tempestad de otro cerebro, la rabia disimulada, la desesperación que se fuerza y se medita, porque tiene que resolverse en el barro o e las lágrimas.
"En cuanto a mí, si les digo que leí la nota tres o cuatro veces aquel día, créanlo, pues es verdad. Si les digo además la releí al día siguiente, antes y después del almuerzo, pueden creerlo; es la pura verdad. Pero si els digo la conmoción que tuve, duden un poco de tal afirmación, y no la acepten sin pruebas. Ni entonces ni ahora logré discernir lo que experimenté. Era miedo y no era miedo. Era piedad y no era piedad. Era vanidad y no era vanidad. En fin, era amor sin amor, esto es, sin delirio. Y todo eso resultaba una combinación asaz compleja y vaga, una cosa que no podrían entender, como yo tampoco la entendí. Supongamos que no dije nada".
¿Cuáles de las siguientes afirmaciones resumen con acierto el contendio y el sentido del capítulo 108?