"cambió el modelo medieval y escolástico hispánico reinstaurado por Laureano Gómez por el modelo norteamericano: privatización no católica de la educación, y obligación para la universidad pública de buscar la financiación de empresas contratistas o de ricos filántropos (o del alza de matrículas). Carreras cortas y técnicas, supresión paulatina de las humanidades, que empezaron a desaparecer. Se trataba de borrar su estudio, y en particular el de la historia, señalado como responsable de la violencia política y social. Y de propiciar en cambio el estudio de las ingenierías y la administración de empresas, madres del progreso".
a esta política se le conoció como: