En una reunión de negocios, un empresario hispano saluda calurosamente a un ejecutivo japonés con un abrazo y una palmada en la espalda, acompañado de un tono animado y muchos gestos. El ejecutivo japonés, acostumbrado a un estilo de comunicación más reservado, se siente incómodo y percibe el comportamiento como poco profesional, aunque el empresario hispano solo intentaba ser amigable. La incomodidad afecta el tono inicial de la negociación, dificultando la construcción de confianza entre ambos.