Había un tren pequeño que tenía una máquina amarilla que parecía un sol. Detrás sólo llevaba cuatro vagones de color rojo, como las flores de las amapolas. En la máquina, el conductor tocaba una campana muy brillante. La campana sonaba muy fuerte haciendo TILÍN, TILÍN.
El trencito andaba muy lento, porque le gustaba ir viendo el paisaje que había junto a las vías.
El conductor se asomaba a la ventana y se pasaba el día saludando a las casas y a las granjas y también saludaba a las vacas y a los corderos. Era un trencito pequeño pero muy simpático.
ESCOJA LA RESPUESTA CORRECTA.
_ El tren del cuento era: