PRUEBA DÉCIMO GRADO

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10th Grade

15 Qs

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PRUEBA DÉCIMO GRADO

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10th Grade

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Eliana del Carmen Márquez Páez

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15 questions

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1.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

Saliendo un día el rey Garinter desde una villa suya que Alima se llamaba, siendo desviado de las armadas y de los cazadores, vio a su siniestra una brava batalla de un solo caballero que con dos se combatía, él conoció a los dos caballeros que sus vasallos eran, que por ser muy soberbios y de malas maneras y muy emparentados, muchos enojos de ellos había recibido. Mas aquél que con ellos se combatía no lo pudo conocer y no fiándose, tanto en la bondad del uno como la maldad de los otros, apartándose de ellos la batalla miraba, en fin de la cual por mano de aquél de los dos fueron vencidos y muertos. Esto hecho el caballero se vino contra el rey y como solo lo viese, díjole: —Buen hombre, ¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes salteados?

El rey le dijo: —No os maravilléis de eso, caballero, que así como en las otras tierras hay buenos caballeros y malos, así los hay en ésta, y esto que decís no solamente a muchos han hecho grandes males y desaguisados, más aun al mismo rey su señor sin que de ellos justicia hacer pudiese; por ser muy emparentados han hecho enormes agravios y también por esta montaña tan espesa donde se acogían.

El caballero le dijo: —Pues a ese rey que decís vengo yo a buscar de luenga tierra y le traigo nuevas de un gran amigo suyo, y si sabéis dónde hallarlo pueda os ruego que me lo digáis.

El rey le dijo: —Comoquiera que acontezca no dejaré de os decir la verdad, sabed ciertamente que yo soy el rey que demandáis.

El caballero quitando el escudo y yelmo, y dándolo a su escudero lo fue a abrazar diciendo ser el rey Perión de Gaula que mucho le había deseado conocer. Mucho fueron alegres estos dos reyes en haberse así juntado, y hablando en muchas cosas se fueron a la parte donde los cazadores estaban para acogerse a la villa, pero antes le sobrevino un ciervo que de las armadas muy cansado se colara, tras el cual los reyes ambos al más correr de sus caballos fueron pensando lo matar, más de otra manera les acaeció, que saliendo de unas espesas matas un león delante de ellos al ciervo alcanzó y mató, habiéndole abierto con sus muy fuertes uñas, bravo y mal continente contra los reyes mostraba. Y como así el rey Perión le viese, dijo: —Pues no estaréis tan sañudo que parte de la caza no nos dejéis.

Y tomando sus armas descendió del caballo, que adelante, espantado del fuerte león ir no quería, poniendo su escudo delante, la espada en la mano al león se fue, que las grandes voces que el rey Garinter le daba no lo pudieron estorbar. El león asimismo dejando la presa contra él se vino y juntándose ambos teniéndole el león debajo en punto de matar, no perdiendo el rey su gran esfuerzo, hiriéndole con su espada por el vientre, lo hizo caer muerto ante sí…

Tomado y adaptado de: Garci Rodríguez de Montalvo (1508). Amadís de Gaula (Libro Primero).

En el enunciado “han hecho grandes males y desaguisados”, la palabra subrayada posee el significado de:

enfermedades.

infortunios.

agravios.

desafíos.

2.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 2 pts

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Saliendo un día el rey Garinter desde una villa suya que Alima se llamaba, siendo desviado de las armadas y de los cazadores, vio a su siniestra una brava batalla de un solo caballero que con dos se combatía, él conoció a los dos caballeros que sus vasallos eran, que por ser muy soberbios y de malas maneras y muy emparentados, muchos enojos de ellos había recibido. Mas aquél que con ellos se combatía no lo pudo conocer y no fiándose, tanto en la bondad del uno como la maldad de los otros, apartándose de ellos la batalla miraba, en fin de la cual por mano de aquél de los dos fueron vencidos y muertos. Esto hecho el caballero se vino contra el rey y como solo lo viese, díjole: —Buen hombre, ¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes salteados?

El rey le dijo: —No os maravilléis de eso, caballero, que así como en las otras tierras hay buenos caballeros y malos, así los hay en ésta, y esto que decís no solamente a muchos han hecho grandes males y desaguisados, más aun al mismo rey su señor sin que de ellos justicia hacer pudiese; por ser muy emparentados han hecho enormes agravios y también por esta montaña tan espesa donde se acogían.

El caballero le dijo: —Pues a ese rey que decís vengo yo a buscar de luenga tierra y le traigo nuevas de un gran amigo suyo, y si sabéis dónde hallarlo pueda os ruego que me lo digáis.

El rey le dijo: —Comoquiera que acontezca no dejaré de os decir la verdad, sabed ciertamente que yo soy el rey que demandáis.

El caballero quitando el escudo y yelmo, y dándolo a su escudero lo fue a abrazar diciendo ser el rey Perión de Gaula que mucho le había deseado conocer. Mucho fueron alegres estos dos reyes en haberse así juntado, y hablando en muchas cosas se fueron a la parte donde los cazadores estaban para acogerse a la villa, pero antes le sobrevino un ciervo que de las armadas muy cansado se colara, tras el cual los reyes ambos al más correr de sus caballos fueron pensando lo matar, más de otra manera les acaeció, que saliendo de unas espesas matas un león delante de ellos al ciervo alcanzó y mató, habiéndole abierto con sus muy fuertes uñas, bravo y mal continente contra los reyes mostraba. Y como así el rey Perión le viese, dijo: —Pues no estaréis tan sañudo que parte de la caza no nos dejéis.

Y tomando sus armas descendió del caballo, que adelante, espantado del fuerte león ir no quería, poniendo su escudo delante, la espada en la mano al león se fue, que las grandes voces que el rey Garinter le daba no lo pudieron estorbar. El león asimismo dejando la presa contra él se vino y juntándose ambos teniéndole el león debajo en punto de matar, no perdiendo el rey su gran esfuerzo, hiriéndole con su espada por el vientre, lo hizo caer muerto ante sí…

Tomado y adaptado de: Garci Rodríguez de Montalvo (1508). Amadís de Gaula (Libro Primero).

El rey Garinter no intervino en la batalla para socorrer a sus vasallos porque

eran malvados y le habían causado varios perjuicios.

estaba solo ya que se había separado de su armada.

no logró reconocerlos en medio del enfrentamiento.

vio que tenían ventaja numérica frente a su adversario.

3.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 2 pts

Saliendo un día el rey Garinter desde una villa suya que Alima se llamaba, siendo desviado de las armadas y de los cazadores, vio a su siniestra una brava batalla de un solo caballero que con dos se combatía, él conoció a los dos caballeros que sus vasallos eran, que por ser muy soberbios y de malas maneras y muy emparentados, muchos enojos de ellos había recibido. Mas aquél que con ellos se combatía no lo pudo conocer y no fiándose, tanto en la bondad del uno como la maldad de los otros, apartándose de ellos la batalla miraba, en fin de la cual por mano de aquél de los dos fueron vencidos y muertos. Esto hecho el caballero se vino contra el rey y como solo lo viese, díjole: —Buen hombre, ¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes salteados?

El rey le dijo: —No os maravilléis de eso, caballero, que así como en las otras tierras hay buenos caballeros y malos, así los hay en ésta, y esto que decís no solamente a muchos han hecho grandes males y desaguisados, más aun al mismo rey su señor sin que de ellos justicia hacer pudiese; por ser muy emparentados han hecho enormes agravios y también por esta montaña tan espesa donde se acogían.

El caballero le dijo: —Pues a ese rey que decís vengo yo a buscar de luenga tierra y le traigo nuevas de un gran amigo suyo, y si sabéis dónde hallarlo pueda os ruego que me lo digáis.

El rey le dijo: —Comoquiera que acontezca no dejaré de os decir la verdad, sabed ciertamente que yo soy el rey que demandáis.

El caballero quitando el escudo y yelmo, y dándolo a su escudero lo fue a abrazar diciendo ser el rey Perión de Gaula que mucho le había deseado conocer. Mucho fueron alegres estos dos reyes en haberse así juntado, y hablando en muchas cosas se fueron a la parte donde los cazadores estaban para acogerse a la villa, pero antes le sobrevino un ciervo que de las armadas muy cansado se colara, tras el cual los reyes ambos al más correr de sus caballos fueron pensando lo matar, más de otra manera les acaeció, que saliendo de unas espesas matas un león delante de ellos al ciervo alcanzó y mató, habiéndole abierto con sus muy fuertes uñas, bravo y mal continente contra los reyes mostraba. Y como así el rey Perión le viese, dijo: —Pues no estaréis tan sañudo que parte de la caza no nos dejéis.

Y tomando sus armas descendió del caballo, que adelante, espantado del fuerte león ir no quería, poniendo su escudo delante, la espada en la mano al león se fue, que las grandes voces que el rey Garinter le daba no lo pudieron estorbar. El león asimismo dejando la presa contra él se vino y juntándose ambos teniéndole el león debajo en punto de matar, no perdiendo el rey su gran esfuerzo, hiriéndole con su espada por el vientre, lo hizo caer muerto ante sí…

Tomado y adaptado de: Garci Rodríguez de Montalvo (1508). Amadís de Gaula (Libro Primero).

De acuerdo con la narración, cuando el caballero le pregunta al rey Garinter “¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes salteados?”, se puede inferir que

Alima, lugar donde ocurre la historia, es una villa privilegiada para la caza.

el enfrentamiento se originó porque los vasallos del rey atacaron al forastero.

el caballero proviene de una tierra lejana llamada Gaula, de la cual es rey.

el relato es una novela de caballería, protagonizada por caballeros malvados.

4.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 1 pt

Saliendo un día el rey Garinter desde una villa suya que Alima se llamaba, siendo desviado de las armadas y de los cazadores, vio a su siniestra una brava batalla de un solo caballero que con dos se combatía, él conoció a los dos caballeros que sus vasallos eran, que por ser muy soberbios y de malas maneras y muy emparentados, muchos enojos de ellos habian recibido. Mas aquél que con ellos se combatía no lo pudo conocer y no fiándose, tanto en la bondad del uno como la maldad de los otros, apartándose de ellos la batalla miró, en fin de la cual por mano de aquéllos dos fueron vencidos y muertos. Esto hecho el caballero se vino contra el rey y como solo lo viese, díjole: —Buen hombre, ¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes salteados?

El rey le dijo: —No os maravilléis de eso, caballero, que así como en las otras tierras hay buenos caballeros y malos, así los hay en ésta, y esto que decís no solamente a muchos han hecho grandes males y desaguisados, más aun al mismo rey su señor sin que de ellos justicia hacer pudiese; por ser muy emparentados han hecho enormes agravios y también por esta montaña tan espesa donde se acogían.

El caballero le dijo: —Pues a ese rey que decís vengo yo a buscar de luenga tierra y le traigo nuevas de un gran amigo suyo, y si sabéis dónde hallarlo pueda os ruego que me lo digáis.

El rey le dijo: —Comoquiera que acontezca no dejaré de os decir la verdad, sabía con seguridad que yo soy el rey que demandáis.

El caballero quitando el escudo y yelmo, y dándolo a su escudero lo fue a abrazar diciendo ser el rey Perión de Gaula que mucho le había deseado conocer. Mucho fueron alegres estos dos reyes en estar así juntado, y hablando en muchas cosas se fueron a la parte donde los cazadores estaban para acogerse a la villa, pero antes le sobrevino un ciervo que de las armadas muy cansado se colara, tras el cual los reyes ambos al más correr de sus caballos fueron pensando lo matar, más de otra manera les acaeció, que saliendo de unas espesas matas un león delante de ellos al ciervo abierto alcanzado y mató, habiéndole con sus muy fuertes uñas, bravo y mal continente contra los reyes mostraron. Y como así el rey Perión le viese, dijo: —Pues no estaréis tan sañudo que parte de la caza no nos dejéis.

Y tomando sus armas descendió del caballo, que adelante, espantado del fuerte león ir no quería, poniendo su escudo delante, la espada en la mano al león se fue, que las grandes voces que el rey Garinter le daba no lo podía estorbar. El león dejando la presa contra él se vino y juntándose ambos teniéndole el león debajo en punto de matar, no perdiendo el rey su gran esfuerzo, hiriéndole con su espada por el vientre, lo hizo caer muerto ante sí…

Tomado y adaptado de: Garci Rodríguez de Montalvo (1508). Amadís de Gaula (Libro Primero).

En el último párrafo, el enunciado “Y juntándose ambos”, hace referencia a

Perión de Gaula y el león.

los dos reyes.

el rey Garinter y el león.

el león y el ciervo

5.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 3 pts

Saliendo un día el rey Garinter desde una villa suya que Alima se llamaba, siendo desviado de las armadas y de los cazadores, vio a su siniestra una brava batalla de un solo caballero que con dos se combatía, él conoció a los dos caballeros que sus vasallos eran, que por ser muy soberbios y de malas maneras y muy emparentados, muchos enojos de ellos había recibido. Mas aquél que con ellos se combatía no lo pudo conocer y no fiándose, tanto en la bondad del uno como la maldad de los otros, apartándose de ellos la batalla miraba, en fin de la cual por mano de aquél de los dos fueron vencidos y muertos. Esto hecho el caballero se vino contra el rey y como solo lo viese, díjole: —Buen hombre, ¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes salteados?

El rey le dijo: —No os maravilléis de eso, caballero, que así como en las otras tierras hay buenos caballeros y malos, así los hay en ésta, y esto que decís no solamente a muchos han hecho grandes males y desaguisados, más aun al mismo rey su señor sin que de ellos justicia hacer pudiese; por ser muy emparentados han hecho enormes agravios y también por esta montaña tan espesa donde se acogían.

El caballero le dijo: —Pues a ese rey que decís vengo yo a buscar de luenga tierra y le traigo nuevas de un gran amigo suyo, y si sabéis dónde hallarlo pueda os ruego que me lo digáis.

El rey le dijo: —Comoquiera que acontezca no dejaré de os decir la verdad, sabed ciertamente que yo soy el rey que demandáis.

El caballero quitando el escudo y yelmo, y dándolo a su escudero lo fue a abrazar diciendo ser el rey Perión de Gaula que mucho le había deseado conocer. Mucho fueron alegres estos dos reyes en haberse así juntado, y hablando en muchas cosas se fueron a la parte donde los cazadores estaban para acogerse a la villa, pero antes le sobrevino un ciervo que de las armadas muy cansado se colara, tras el cual los reyes ambos al más correr de sus caballos fueron pensando lo matar, más de otra manera les acaeció, que saliendo de unas espesas matas un león delante de ellos al ciervo alcanzó y mató, habiéndole abierto con sus muy fuertes uñas, bravo y mal continente contra los reyes mostraba. Y como así el rey Perión le viese, dijo: —Pues no estaréis tan sañudo que parte de la caza no nos dejéis.

Y tomando sus armas descendió del caballo, que adelante, espantado del fuerte león ir no quería, poniendo su escudo delante, la espada en la mano al león se fue, que las grandes voces que el rey Garinter le daba no lo pudieron estorbar. El león asimismo dejando la presa contra él se vino y juntándose ambos teniéndole el león debajo en punto de matar, no perdiendo el rey su gran esfuerzo, hiriéndole con su espada por el vientre, lo hizo caer muerto ante sí…

Tomado y adaptado de: Garci Rodríguez de Montalvo (1508). Amadís de Gaula (Libro Primero).

Teniendo en cuenta la clasificación de esta obra literaria, el suceso entre el ciervo y el león es utilizado por el narrador para

mostrar la fragilidad de la existencia ante la ineludible fatalidad.

poner a los protagonistas en peligro para probar su valentía.

alargar la historia para entretener por más tiempo al lector.

interrumpir trágicamente la narración para generar suspenso.

6.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 3 pts

En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

— La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

— ¿Qué gigantes? —dijo Sancho Panza.

— Aquellos que allí ves —respondió su amo—, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

— Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

— Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran, antes iba diciendo en voces altas:

— Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.

Levantóse en esto un poco de viento, y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:

— Pues, aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar. Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante.

—¡Válgame Dios! —dijo Sancho—. ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?

Tomado de: El ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra.

Este episodio de la famosa novela de Cervantes representa la contradicción que experimenta el ser humano debido a la constante lucha interna entre

el bien y el mal.

lo moral y lo inmoral.

los caballeros andantes y los gigantes.

el pensamiento racional e irracional.

7.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

5 mins • 3 pts

En esto, encontrar treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

— La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más gigantes desaforados, con quién pienso hacer batalla y quitarles a todas las vidas, con cuáles despojos empezaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

— ¿Qué gigantes? —dijo Sancho Panza.

— que allí ves —respondió su amo—, de los brazos largos, que los suelen tener aquellos de casi dos leguas.

— Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

— Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iban a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran, antes iba diciendo en voces altas:

— Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.

Levantóse en esto un poco de viento, y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:

— Pues, aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo hubiereis de pagar. Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primer molino que estaba delante; y cambiando una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante.

—¡Válgame Dios! —dijo Sancho—. ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino quién llevase otros cuentos en la cabeza?

Tomado de: El ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra.

Cuando en el texto se menciona “con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer”, la palabra subrayada hace referencia a

los cadáveres de los gigantes.

lo que queda de los enemigos derrotados.

los trozos de la armadura de Don Quijote.

las ruinas de los molinos de viento.

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