La existencia de este recinto se debe a los esfuerzos del padre Ildefonso Illescas, quien en lugar de diezmos pidió a los fieles colaboraran con piedras para levantarla. Desmesurada en tamaño, con sus catorce metros de altura y su azulado manto al vuelo.
Fueron José Luis y Carmen Silva quienes la hicieron en la década de los sesenta, toda en madera de cedro. ¿A que atractivo turístico nos referimos?