La contienda es desigual
Por Francisco Javier Díaz
Lo único que puedo decir acerca del discurso del 21 de mayo es que me parece el peor negocio que puede hacer un Presidente. Tan mal negocio puede ser, que yo no jugaría ese juego. Primero, porque nadie escucha el discurso entero. Segundo, porque los políticos oficialistas están obligados a asentir, mientras que la oposición está obligada a disentir. Tercero, porque si el Presidente habla mucho, se le critica por ser latero; si habla poco, se le critica por esconder los problemas. En resumen, el discurso del 21 de mayo es el típico dilema de la frazada corta: si uno se tapa la cabeza se le destapan los pies...
(La Nación, domingo 18 de mayo de 2003).
¿Qué tipo de texto periodístico es?