Los pescadores acostumbran a medir las distancias
en brazas. Para medir la profundidad del mar, tiraban
una cuerda con una piedra en la punta. Luego iban
recogiendo la cuerda y midiendo las veces que podían
extender los brazos. Así un marinero decía que el fondo
del mar estaba a cinco brazas porque había tenido que
recoger la cuerda en cinco ocasiones. Era una forma de
medir porque las brazas eran parecidas de un marinero a
otro. Pero nunca iguales. Dependía de que el marinero
fuese grande o pequeño para que la braza fuera mayor o menor. Existían también otras medidas. Cada pueblo tenía unas medidas diferentes y era difícil entenderse. Por ello se pensó en una medida común para todos: el metro. El metro es la unidad que utilizan casi todos los países. Así las medidas que se hacen en un país son iguales a las que se hacen en otro.