UN RATÓN EN LA TIENDA
Cierta vez, un ratón entró en una tienda de noche. Olisqueó todas las cosas buenas que había allí: tocino, mantequilla, salchichas, queso, pan, pasteles, chocolate, miel, manzanas, nueces y zanahorias frescas. Lo primero que hizo fue sentarse en sus patitas traseras, mover el rabito en el aire y silbar de gusto.
La cuestión era: ¿Por dónde tenía que empezar? Decidió roer un paquete de mantequilla, pero, ¡por un lado olía también a tocino y por el otro olía también a queso! Decidió empezar a roer el queso, pero, ¡por un lado, olía también a salchichas y por el otro, olía también a chocolate! Decidió roer el chocolate, pero, ¡por un lado, olía también a mantequilla! El pobre ratoncito corría de un lado para otro. Es que no sabía por dónde debía empezar a roer.
A todo esto, se iba haciendo de día, y la gente entró en la tienda. Nada más al entrar echaron fuera al ratoncito. Así es que el ratón dijo a los otros ratones:
—No vuelvo a ir más a la tienda. ¡Justo cuando vas a empezar a comer, te echan!
Ursula Wölfel
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