TEXTO 1A
Desde el punto de vista de la salud pública, resultan especialmente inquietantes aquellas formas de la pseudociencia cuyas bases conceptuales pretenden teorizar sobre los principios de la salud, algunas veces a partir de un voluntarismo místico cuyo arco narrativo carece de la menor sensatez. ¿Cómo pudo conocer Bach que una dilución conformada con cerato produciría al paciente seguridad en sí mismo? El inventor de la terapia floral, afirmó que todo su sistema terapéutico había llegado a su conocimiento porque se lo había revelado Dios, y que debíamos aceptarlo sin más, porque el solo acto de valorarlo desde una perspectiva analítica suponía el pecado de renegar de tal revelación divina. Los peligros para la salud pública derivados de tales prédicas y de las prácticas terapéuticas basadas en ellas son ostensibles. Según esta doctrina, pongamos por caso, una infección sería la consecuencia de que la personalidad del enfermo es reacia a que su alma actúe. Consecuentemente, en lugar de tomar antibióticos, basta con apelar a un remedio homeopático basado en una flor debidamente escogida, con lo cual se conseguiría domesticar su alma para que entre en armonía con su espíritu. La conciliación del alma con el espíritu es algo que parece particularmente difícil debido a la imposibilidad de saber qué son esas dos entidades ni en qué se diferencian. Como profesionales dedicados a la salud pública rechazamos estos manifiestos típicos del curanderismo, que desprecian el pensamiento crítico y buscan proscribir el debate. «La fe mística» decía José Martí, no es un medio para llegar a la verdad, sino para oscurecerla y detenerla; no ayuda al hombre, sino que lo detiene; no le responde, sino que lo castiga; no le satisface, sino que lo irrita.
TEXTO 1B
La medicina natural, también conocida como medicina alternativa, incorpora una serie de prácticas orientadas a mejorar y estimular la capacidad curativa del cuerpo humano; y, por otro lado, también se utiliza para tratar o prevenir algunas enfermedades. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente un 80% de la población mundial acude a la medicina natural para tratar su salud. Este tipo de medicina se puede combinar con la medicina convencional. En China, por ejemplo, la medicina tradicional es muy utilizada, y representa casi el 40 % de los servicios de salud. La medicina natural se rige por tres principios básicos.
1. La medicina alternativa no trata enfermedades sino personas. Cada paciente es tratado de forma individualizada y considerando las circunstancias de su vida; es decir, aborda el ámbito físico de cada persona e, incluso, el psicológico y el espiritual.
2. Uno de sus principales objetivos es potenciar la capacidad curativa del cuerpo humano. El médico naturista ayuda al paciente a lo largo del proceso curativo.
3. Se deben utilizar remedios naturales y técnicas poco o nada agresivas para el cuerpo humano. Se utilizan aquellos remedios que nos proporciona la naturaleza y se evitan los artificiales. Algunos de estos remedios son la hidroterapia, la oxigenoterapia, las plantas medicinales o fitoterapia, la helioterapia y las terapias manuales como el quiromasaje, la osteopatía o la fisioterapia, entre otros.
Como podemos ver, hay diversas formas mediante las cuales podemos hacer referencia a este tipo de terapias. El objetivo, a su vez, es estimular la capacidad curativa innata del cuerpo humano. La aromaterapia, las Flores de Bach, el Reiki, la medicina botánica y muchas otras terapias alternativas forman parte de esta categoría.
Ambos textos tensionan medularmente sobre