Mi cielo:
Reconozco que no he sido esa compañera que tú te merecías, porque me dejé llevar por esos demonios que habitan en mi interior y herí tus sentimientos. Pero ahora que te tengo lejos, ahora que nos hemos separado, puesto que has decidido poner miles de kilómetros de por medio, sé que te debo infinitas disculpas.
Tu ausencia me pesa como una losa sobre mis hombros. Los lamentos se han convertido en el maldito aire que hace respirar a mis pulmones. Y ahora, me arrepiento de todo lo que dejé pasar sin haberlo disfrutado lo suficiente.
Sé que te he fallado y ahora busco tu compasión de día y de noche, es por esto por lo que ando como alma en pena. No sé si mi arrepentimiento te servirá como muestra de amor; pero, por lo nuestro, soy capaz de luchar contra viento y marea.
Ojalá, tarde o temprano, consiga tu perdón para que nuestra linda relación de novios vuelva a ser lo que antes fue. ¡Tú perdón significa todo para mí y mi amor hacia ti no se ha reducido ni un centímetro!
Te espero… te amo.
Las funciones del lenguaje que predominan en la carta son: