“El respeto al principio de subsidiariedad representa la clave de la vigencia de una sociedad auténticamente libertaria. […] Es en la posibilidad de tener un ámbito de vida y actividad propia independiente del Estado y sólo sometido al superior control de éste desde el ángulo del bien común, donde reside la fuente de una vida social en que la libertad ofrezca a la creación y al esfuerzo personal un margen de alternativas y variedad suficientes. El estatismo genera, en cambio, una sociedad gris, uniforme, sometida y sin horizontes”.
(Declaración de Principios del Gobierno de Chile, Santiago, marzo de 1974).
El Gobierno Militar se abocó a la tarea de refundar, bajo nuevos principios, al conjunto de la sociedad chilena. Una de las bases de dicho proceso lo constituyó el principio de subsidiariedad respecto del cual, considerando el párrafo anterior, es correcto afirmar que: