Las relaciones o regulación entre los hombres no están determinadas por la voluntad de sus gobernantes sino por las leyes que históricamente se han construido. Esto es, que las “Reglas del Juego” o leyes en un Estado democrático se han establecido en el pasado y de acuerdo a las circunstancias de cada momento; sin embargo, las podemos cambiar, modificar o crear. Porque si las leyes son la expresión de la voluntad de los hombres, y si esta voluntad se va transformando con el devenir del tiempo, de igual manera que se van modificando las condiciones de vida, entonces tenemos que ir ajustando o proponiendo las leyes que las nuevas épocas requieren.
En otras palabras, podemos decir que las leyes en un sistema democrático