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Dorys Rueda

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5 questions

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1.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

1 min • 20 pts

TEXTO A

Después de escuchar, debatir, leer libros y revisar evidencias y argumentos a favor y en contra de las vacunas, tanto de líderes antivacunas como de epidemiólogos, inmunólogos, médicos de familia y pediatras, mi posición es claramente a favor de las vacunas incluidas en el calendario vacunal.

Pero también soy firme defensor de que las vacunas han de ser las justas y no más. Las vacunas son extremadamente seguras, pero hay que tener en cuenta que, aunque es infrecuente, las vacunas, como cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios: la mayoría leves, alguno grave (1 por 100 000 a 1 por millón de dosis) y, excepcionalmente, alguno muy grave (menos de 1 por cada 1-10 millones de dosis). Estas complicaciones también ocurren cuando se pasan las enfermedades de forma natural, pero con una frecuencia muchísimo mayor, de manera que el beneficio siempre compensa con creces el extremadamente bajo riesgo de vacunarse.

El principal motivo que algunas personas tienen para no vacunarse es la desconfianza en la seguridad de las vacunas. Las clásicas y más benéficas, como las de la difteria, tétanos, tos ferina o polio, llevan años usándose y han sido sometidas a un escrutinio de efectos secundarios muy estricto.

Dejar de vacunar a un niño lo pone en riesgo a él y al resto de su comunidad, especialmente a las personas más debilitadas y no vacunadas por cuestiones de contraindicación o de dificultad  de acceso a la sanidad, y dificulta la labor de erradicar enfermedades del planeta.

TEXTO B

En la historia de la medicina moderna, han ocurrido algunos hechos que desencadenaron el miedo a las vacunas en algunos círculos sociales. Existe una serie de argumentos de estos grupos para oponerse o relativizar el uso de vacunas.

Por ejemplo, en 1998 se publicó un estudio en la revista médica The Lancet que relacionaba la vacuna de la triple vírica con el autismo. Posteriormente se supo que su autor había falseado los datos para hacer parecer que existía tal asociación cuando no era así; sin embargo, los temores sobrevivieron. Otros casos de brotes de enfermedad por vacunas defectuosas se remontan a cuando comenzaba la era de las vacunas en los siglos xviii y xix, con la viruela, o en la primera mitad del siglo xx, con otras vacunas. En estos casos, las vacunas produjeron efectos secundarios negativos en parte significativa de la población vacunada.

Aunque siempre se podrán mejorar los protocolos de aplicación y la composición misma de las vacunas, la mayoría de estas acusaciones de efectos secundarios perniciosos no se sostienen Entre estos falsos efectos secundarios se mencionan el autismo, las alergias, la esclerosis múltiple y el Alzheimer, que por desgracia se han ido extendiendo por el «boca a boca» y a través de personajes mediáticos con conocimientos científicos escasos o sesgados.

Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican los efectos secundarios de las vacunas y ofrecen una visión muy sesgada de la realidad, que resulta alarmista y genera desconfianza gratuita entre la población.

Adaptado de López Heras, D. (2015) ¿Vacunarse o no vacunarse? Seguridad, riesgos y beneficios de las vacunas. A propósito del caso de difteria en Cataluña.

En http://www.drlopezheras.com/2015/06/vacunarse-o-novacunarse-seguridad-vacunas.html

El texto B constituye, fundamentalmente:

una justificación de la aplicación indiscriminada de vacunas a toda población.

una breve historia de los problemas de la vacunación en tiempos modernos

un alegato para descalificar el empleo de vacunas en los niños más pequeños.

una descalificación de los efectos secundarios en la aplicación de las vacunas.

una explicación de la persistencia de una perspectiva contraria a las vacunas

Answer explanation

El texto B constituye, fundamentalmente, una explicación de la persistencia de una perspectiva contraria a las vacunas. El autor plantea al inicio del texto que en la historia de la medicina han existido grupos que han pretendido insistentemente difundir su oposición al uso de las vacunas, por lo que se propone explicar dicha pretensión en la lectura. El autor esclarece, entonces, que los prejuicios y temores respecto a las vacunas parten de ideas sesgadas que han conllevado a un alarmismo infundado en la población. Respuesta: una explicación de la persistencia de una perspectiva contraria a las vacunas.

2.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

1 min • 20 pts

TEXTO A

Después de escuchar, debatir, leer libros y revisar evidencias y argumentos a favor y en contra de las vacunas, tanto de líderes antivacunas como de epidemiólogos, inmunólogos, médicos de familia y pediatras, mi posición es claramente a favor de las vacunas incluidas en el calendario vacunal.

Pero también soy firme defensor de que las vacunas han de ser las justas y no más. Las vacunas son extremadamente seguras, pero hay que tener en cuenta que, aunque es infrecuente, las vacunas, como cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios: la mayoría leves, alguno grave (1 por 100 000 a 1 por millón de dosis) y, excepcionalmente, alguno muy grave (menos de 1 por cada 1-10 millones de dosis). Estas complicaciones también ocurren cuando se pasan las enfermedades de forma natural, pero con una frecuencia muchísimo mayor, de manera que el beneficio siempre compensa con creces el extremadamente bajo riesgo de vacunarse.

El principal motivo que algunas personas tienen para no vacunarse es la desconfianza en la seguridad de las vacunas. Las clásicas y más benéficas, como las de la difteria, tétanos, tos ferina o polio, llevan años usándose y han sido sometidas a un escrutinio de efectos secundarios muy estricto.

Dejar de vacunar a un niño lo pone en riesgo a él y al resto de su comunidad, especialmente a las personas más debilitadas y no vacunadas por cuestiones de contraindicación o de dificultad  de acceso a la sanidad, y dificulta la labor de erradicar enfermedades del planeta.

TEXTO B

En la historia de la medicina moderna, han ocurrido algunos hechos que desencadenaron el miedo a las vacunas en algunos círculos sociales. Existe una serie de argumentos de estos grupos para oponerse o relativizar el uso de vacunas.

Por ejemplo, en 1998 se publicó un estudio en la revista médica The Lancet que relacionaba la vacuna de la triple vírica con el autismo. Posteriormente se supo que su autor había falseado los datos para hacer parecer que existía tal asociación cuando no era así; sin embargo, los temores sobrevivieron. Otros casos de brotes de enfermedad por vacunas defectuosas se remontan a cuando comenzaba la era de las vacunas en los siglos xviii y xix, con la viruela, o en la primera mitad del siglo xx, con otras vacunas. En estos casos, las vacunas produjeron efectos secundarios negativos en parte significativa de la población vacunada.

Aunque siempre se podrán mejorar los protocolos de aplicación y la composición misma de las vacunas, la mayoría de estas acusaciones de efectos secundarios perniciosos no se sostienen Entre estos falsos efectos secundarios se mencionan el autismo, las alergias, la esclerosis múltiple y el Alzheimer, que por desgracia se han ido extendiendo por el «boca a boca» y a través de personajes mediáticos con conocimientos científicos escasos o sesgados.

Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican los efectos secundarios de las vacunas y ofrecen una visión muy sesgada de la realidad, que resulta alarmista y genera desconfianza gratuita entre la población.

Adaptado de López Heras, D. (2015) ¿Vacunarse o no vacunarse? Seguridad, riesgos y beneficios de las vacunas. A propósito del caso de difteria en Cataluña.

En http://www.drlopezheras.com/2015/06/vacunarse-o-novacunarse-seguridad-vacunas.html

De la argumentación desarrollada en ambos textos, es válido deducir que, si la gente dejara de vacunarse,

se pondría en riesgo la salud de millones de niños en el mundo.

se multiplicarían los casos de algunas enfermedades congénitas.

los médicos combatirían los efectos secundarios de la vacunación.

las enfermedades infecciosas empezarían a declinar en el mundo.

millones de niños crecerían saludablemente, libres de fármacos

Answer explanation

De la argumentación desarrollada en ambos textos, es válido deducir que, si la gente dejara de vacunarse, se pondría en riesgo la salud de millones de niños en el mundo. Si bien es cierto que ambos textos señalan que ha habido algunas limitaciones en la aplicación de vacunas, también remarcan que estas son menores en comparación con los enormes beneficios que implican para las personas más expuestas a las enfermedades, como sería el caso de los niños. Por ello, dejar de administrar las vacunas constituiría un grave problema de salubridad para la infancia mundial. Respuesta: se pondría en riesgo la salud de millones de niños en el mundo.

3.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

1 min • 20 pts

TEXTO A

Después de escuchar, debatir, leer libros y revisar evidencias y argumentos a favor y en contra de las vacunas, tanto de líderes antivacunas como de epidemiólogos, inmunólogos, médicos de familia y pediatras, mi posición es claramente a favor de las vacunas incluidas en el calendario vacunal.

Pero también soy firme defensor de que las vacunas han de ser las justas y no más. Las vacunas son extremadamente seguras, pero hay que tener en cuenta que, aunque es infrecuente, las vacunas, como cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios: la mayoría leves, alguno grave (1 por 100 000 a 1 por millón de dosis) y, excepcionalmente, alguno muy grave (menos de 1 por cada 1-10 millones de dosis). Estas complicaciones también ocurren cuando se pasan las enfermedades de forma natural, pero con una frecuencia muchísimo mayor, de manera que el beneficio siempre compensa con creces el extremadamente bajo riesgo de vacunarse.

El principal motivo que algunas personas tienen para no vacunarse es la desconfianza en la seguridad de las vacunas. Las clásicas y más benéficas, como las de la difteria, tétanos, tos ferina o polio, llevan años usándose y han sido sometidas a un escrutinio de efectos secundarios muy estricto.

Dejar de vacunar a un niño lo pone en riesgo a él y al resto de su comunidad, especialmente a las personas más debilitadas y no vacunadas por cuestiones de contraindicación o de dificultad  de acceso a la sanidad, y dificulta la labor de erradicar enfermedades del planeta.

TEXTO B

En la historia de la medicina moderna, han ocurrido algunos hechos que desencadenaron el miedo a las vacunas en algunos círculos sociales. Existe una serie de argumentos de estos grupos para oponerse o relativizar el uso de vacunas.

Por ejemplo, en 1998 se publicó un estudio en la revista médica The Lancet que relacionaba la vacuna de la triple vírica con el autismo. Posteriormente se supo que su autor había falseado los datos para hacer parecer que existía tal asociación cuando no era así; sin embargo, los temores sobrevivieron. Otros casos de brotes de enfermedad por vacunas defectuosas se remontan a cuando comenzaba la era de las vacunas en los siglos xviii y xix, con la viruela, o en la primera mitad del siglo xx, con otras vacunas. En estos casos, las vacunas produjeron efectos secundarios negativos en parte significativa de la población vacunada.

Aunque siempre se podrán mejorar los protocolos de aplicación y la composición misma de las vacunas, la mayoría de estas acusaciones de efectos secundarios perniciosos no se sostienen Entre estos falsos efectos secundarios se mencionan el autismo, las alergias, la esclerosis múltiple y el Alzheimer, que por desgracia se han ido extendiendo por el «boca a boca» y a través de personajes mediáticos con conocimientos científicos escasos o sesgados.

Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican los efectos secundarios de las vacunas y ofrecen una visión muy sesgada de la realidad, que resulta alarmista y genera desconfianza gratuita entre la población.

Adaptado de López Heras, D. (2015) ¿Vacunarse o no vacunarse? Seguridad, riesgos y beneficios de las vacunas. A propósito del caso de difteria en Cataluña.

En http://www.drlopezheras.com/2015/06/vacunarse-o-novacunarse-seguridad-vacunas.html

En el texto B, la palabra sostienen remite a

enderezamiento.

financiamiento.

pronunciamiento.

justificación.

patrocinio.

Answer explanation

En el texto B, la palabra sostienen remite a justificación. En el contexto aludido, el autor del texto B refiere que no hay pruebas suficientes que puedan sustentar que las vacunas conllevan efectos dañinos para la salud. Al no contar con demostraciones fehacientes, estos planteamientos carecen de fundamento, es decir, de una justificación real para aceptarse. Respuesta: justificación

4.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

1 min • 20 pts

TEXTO A

Después de escuchar, debatir, leer libros y revisar evidencias y argumentos a favor y en contra de las vacunas, tanto de líderes antivacunas como de epidemiólogos, inmunólogos, médicos de familia y pediatras, mi posición es claramente a favor de las vacunas incluidas en el calendario vacunal.

Pero también soy firme defensor de que las vacunas han de ser las justas y no más. Las vacunas son extremadamente seguras, pero hay que tener en cuenta que, aunque es infrecuente, las vacunas, como cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios: la mayoría leves, alguno grave (1 por 100 000 a 1 por millón de dosis) y, excepcionalmente, alguno muy grave (menos de 1 por cada 1-10 millones de dosis). Estas complicaciones también ocurren cuando se pasan las enfermedades de forma natural, pero con una frecuencia muchísimo mayor, de manera que el beneficio siempre compensa con creces el extremadamente bajo riesgo de vacunarse.

El principal motivo que algunas personas tienen para no vacunarse es la desconfianza en la seguridad de las vacunas. Las clásicas y más benéficas, como las de la difteria, tétanos, tos ferina o polio, llevan años usándose y han sido sometidas a un escrutinio de efectos secundarios muy estricto.

Dejar de vacunar a un niño lo pone en riesgo a él y al resto de su comunidad, especialmente a las personas más debilitadas y no vacunadas por cuestiones de contraindicación o de dificultad  de acceso a la sanidad, y dificulta la labor de erradicar enfermedades del planeta.

TEXTO B

En la historia de la medicina moderna, han ocurrido algunos hechos que desencadenaron el miedo a las vacunas en algunos círculos sociales. Existe una serie de argumentos de estos grupos para oponerse o relativizar el uso de vacunas.

Por ejemplo, en 1998 se publicó un estudio en la revista médica The Lancet que relacionaba la vacuna de la triple vírica con el autismo. Posteriormente se supo que su autor había falseado los datos para hacer parecer que existía tal asociación cuando no era así; sin embargo, los temores sobrevivieron. Otros casos de brotes de enfermedad por vacunas defectuosas se remontan a cuando comenzaba la era de las vacunas en los siglos xviii y xix, con la viruela, o en la primera mitad del siglo xx, con otras vacunas. En estos casos, las vacunas produjeron efectos secundarios negativos en parte significativa de la población vacunada.

Aunque siempre se podrán mejorar los protocolos de aplicación y la composición misma de las vacunas, la mayoría de estas acusaciones de efectos secundarios perniciosos no se sostienen Entre estos falsos efectos secundarios se mencionan el autismo, las alergias, la esclerosis múltiple y el Alzheimer, que por desgracia se han ido extendiendo por el «boca a boca» y a través de personajes mediáticos con conocimientos científicos escasos o sesgados.

Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican los efectos secundarios de las vacunas y ofrecen una visión muy sesgada de la realidad, que resulta alarmista y genera desconfianza gratuita entre la población.

Adaptado de López Heras, D. (2015) ¿Vacunarse o no vacunarse? Seguridad, riesgos y beneficios de las vacunas. A propósito del caso de difteria en Cataluña.

En http://www.drlopezheras.com/2015/06/vacunarse-o-novacunarse-seguridad-vacunas.html

Se puede afirmar que, para el autor del texto A, los casos de efectos secundarios negativos tratados en el texto B son

irrelevantes, pues no hay casos de efectos secundarios en los vacunados.

falsos, porque la causalidad ha sido tergiversada por malos científicos.

una prueba irrefutable de que las vacunas causan daño en muchos casos.

situaciones excepcionales, que no alteran los beneficios de las vacunas.

un ejemplo de los avances de la ciencia médica en los siglos xix y xx.

Answer explanation

Se puede afirmar que para el autor del texto A, los casos de efectos secundarios negativos tratados en el texto B son situaciones excepcionales, que no alteran los beneficios de las vacunas. El autor del texto A manifiesta, expresamente, estar consciente de algunos efectos secundarios negativos de las vacunas; subraya, sin embargo, que estos son infrecuentes y constituyen un riesgo considerablemente menor ante las compensaciones y ventajas que sobrevienen por su administración. Podemos afirmar, en conclusión, que el autor del texto A contemplaría la misma aseveración para los casos de efectos secundarios presentados en el texto B. Respuesta: situaciones excepcionales, que no alteran los beneficios de las vacunas.

5.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

1 min • 20 pts

TEXTO A

Después de escuchar, debatir, leer libros y revisar evidencias y argumentos a favor y en contra de las vacunas, tanto de líderes antivacunas como de epidemiólogos, inmunólogos, médicos de familia y pediatras, mi posición es claramente a favor de las vacunas incluidas en el calendario vacunal.

Pero también soy firme defensor de que las vacunas han de ser las justas y no más. Las vacunas son extremadamente seguras, pero hay que tener en cuenta que, aunque es infrecuente, las vacunas, como cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios: la mayoría leves, alguno grave (1 por 100 000 a 1 por millón de dosis) y, excepcionalmente, alguno muy grave (menos de 1 por cada 1-10 millones de dosis). Estas complicaciones también ocurren cuando se pasan las enfermedades de forma natural, pero con una frecuencia muchísimo mayor, de manera que el beneficio siempre compensa con creces el extremadamente bajo riesgo de vacunarse.

El principal motivo que algunas personas tienen para no vacunarse es la desconfianza en la seguridad de las vacunas. Las clásicas y más benéficas, como las de la difteria, tétanos, tos ferina o polio, llevan años usándose y han sido sometidas a un escrutinio de efectos secundarios muy estricto.

Dejar de vacunar a un niño lo pone en riesgo a él y al resto de su comunidad, especialmente a las personas más debilitadas y no vacunadas por cuestiones de contraindicación o de dificultad  de acceso a la sanidad, y dificulta la labor de erradicar enfermedades del planeta.

TEXTO B

En la historia de la medicina moderna, han ocurrido algunos hechos que desencadenaron el miedo a las vacunas en algunos círculos sociales. Existe una serie de argumentos de estos grupos para oponerse o relativizar el uso de vacunas.

Por ejemplo, en 1998 se publicó un estudio en la revista médica The Lancet que relacionaba la vacuna de la triple vírica con el autismo. Posteriormente se supo que su autor había falseado los datos para hacer parecer que existía tal asociación cuando no era así; sin embargo, los temores sobrevivieron. Otros casos de brotes de enfermedad por vacunas defectuosas se remontan a cuando comenzaba la era de las vacunas en los siglos xviii y xix, con la viruela, o en la primera mitad del siglo xx, con otras vacunas. En estos casos, las vacunas produjeron efectos secundarios negativos en parte significativa de la población vacunada.

Aunque siempre se podrán mejorar los protocolos de aplicación y la composición misma de las vacunas, la mayoría de estas acusaciones de efectos secundarios perniciosos no se sostienen Entre estos falsos efectos secundarios se mencionan el autismo, las alergias, la esclerosis múltiple y el Alzheimer, que por desgracia se han ido extendiendo por el «boca a boca» y a través de personajes mediáticos con conocimientos científicos escasos o sesgados.

Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican los efectos secundarios de las vacunas y ofrecen una visión muy sesgada de la realidad, que resulta alarmista y genera desconfianza gratuita entre la población.

Adaptado de López Heras, D. (2015) ¿Vacunarse o no vacunarse? Seguridad, riesgos y beneficios de las vacunas. A propósito del caso de difteria en Cataluña.

En http://www.drlopezheras.com/2015/06/vacunarse-o-novacunarse-seguridad-vacunas.html

De lo afirmado por el texto B, se puede considerar que los grupos antivacunas

promueven el uso indiscriminado de vacunas en la infancia.

emplean investigadores médicos para defender su postura.

subvaloran los peligros de enfermedades como el sarampión.

dudan de que la composición interna de las vacunas sea perjudicial.

calman las alarmas creadas en la población sobre las vacunas.

Answer explanation

De lo afirmado por el texto B, se puede considerar que los grupos antivacunas subvaloran los peligros de enfermedades como el sarampión. Claramente en el último párrafo del texto B se señala que los grupos antivacunas tienden a infravalorar (es decir, a disminuir su valor o subvalorar) las complicaciones que podrían desencadenar las enfermedades infecciosas, una de las cuales podría ser la sarampión. Se entiende, entonces, que estos sectores no miden las reales consecuencias que podría acarrear la omisión de las vacunas en los infantes.  Respuesta: subvaloran los peligros de enfermedades como el sarampión.