QUIZ 6 LC LMJ

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QUIZ 6 LC LMJ

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CIENCIAS LMJ

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10 questions

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1.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

Será bueno considerar cuál es el valor de la filosofía y por qué debe

ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el

hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios

prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una

ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran

de puro sutiles y controversias sobre materia cuyo conocimiento es

imposible.

Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos

liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina

equivocadamente “el hombre práctico”, en el uso corriente de la palabra,

es el que solo reconoce necesidades materiales, que comprende que

el hombre necesita de alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad

de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres vivieran

bien, si la pobreza y la enfermedad hubieran sido reducidas al mínimo

posible, quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad

estimable; y aun en el mundo actual los bienes del espíritu son por lo

menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe

hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que

no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que

estudiar filosofía no es perder el tiempo. El hombre que no tiene ningún

barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan

del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su

país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación

ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre, el

mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales

no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son

desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a

filosofar, hallamos por el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios

conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas

muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera

respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas

posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la

tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza

sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento

de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo, algo arrogante de los

que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y

guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos

familiares en un aspecto no familiar...


Tomado y adaptado de: Russell, Bertrand (1991). Los problemas de la

filosofía. Trad. de Joaquín Xirau. Barcelona, Labor


De los siguientes fragmentos, el que mejor describe la tesis principal

del texto es:

A. “Muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios prácticos,

se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una ocupación

inocente, pero frívola e inútil”.

B. “Si todos los hombres vivieran bien, si la pobreza y la enfermedad

hubieran sido reducidas al mínimo posible, quedaría todavía mucho

que hacer para producir una sociedad estimable”.

C. “Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos por

el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios conducen

a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy

incompletas”.

D. “El valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes

del espíritu, y sólo los que no son diferentes a estos bienes pueden

llegar a la persuasión de que estudiar filosofía no es perder el tiempo”

2.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

Será bueno considerar cuál es el valor de la filosofía y por qué debe

ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el

hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios

prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una

ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran

de puro sutiles y controversias sobre materia cuyo conocimiento es

imposible.

Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos

liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina

equivocadamente “el hombre práctico”, en el uso corriente de la palabra,

es el que solo reconoce necesidades materiales, que comprende que

el hombre necesita de alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad

de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres vivieran

bien, si la pobreza y la enfermedad hubieran sido reducidas al mínimo

posible, quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad

estimable; y aun en el mundo actual los bienes del espíritu son por lo

menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe

hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que

no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que

estudiar filosofía no es perder el tiempo. El hombre que no tiene ningún

barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan

del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su

país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación

ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre, el

mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales

no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son

desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a

filosofar, hallamos por el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios

conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas

muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera

respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas

posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la

tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza

sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento

de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo, algo arrogante de los

que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y

guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos

familiares en un aspecto no familiar...


Tomado y adaptado de: Russell, Bertrand (1991). Los problemas de la

filosofía. Trad. de Joaquín Xirau. Barcelona, Labor


A partir del texto, ¿cuál de los siguientes enunciados caracteriza

mejor la opinión del autor sobre la filosofía?

A. La filosofía es un ejercicio de reflexión frívola acerca de materias

espirituales cuyo conocimiento es imposible.

B. La filosofía es una ciencia exacta que trata acerca de objetos

familiares, desde un punto de vista no familiar.

C. La filosofía es un ejercicio de reflexión que implica cuestionar una

serie de creencias habituales acerca de objetos familiares.

D. La filosofía es una habilidad práctica que nos permite liberarnos del

dogmatismo a través de la duda liberadora.

3.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

Será bueno considerar cuál es el valor de la filosofía y por qué debe

ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el

hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios

prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una

ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran

de puro sutiles y controversias sobre materia cuyo conocimiento es

imposible.

Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos

liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina

equivocadamente “el hombre práctico”, en el uso corriente de la palabra,

es el que solo reconoce necesidades materiales, que comprende que

el hombre necesita de alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad

de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres vivieran

bien, si la pobreza y la enfermedad hubieran sido reducidas al mínimo

posible, quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad

estimable; y aun en el mundo actual los bienes del espíritu son por lo

menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe

hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que

no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que

estudiar filosofía no es perder el tiempo. El hombre que no tiene ningún

barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan

del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su

país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación

ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre, el

mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales

no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son

desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a

filosofar, hallamos por el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios

conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas

muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera

respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas

posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la

tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza

sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento

de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo, algo arrogante de los

que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y

guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos

familiares en un aspecto no familiar...


Tomado y adaptado de: Russell, Bertrand (1991). Los problemas de la

filosofía. Trad. de Joaquín Xirau. Barcelona, Labor


De acuerdo con el último párrafo, se puede inferir que, según el

autor, el valor de la filosofía

A. no radica en que nos permite conocer posibilidades no familiares.

B. no radica en que da una solución segura a los problemas que

discute.

C. radica en que nos libera de la tiranía de la duda y el dogmatismo.

D. radica en que aumenta nuestro conocimiento de los objetos que

estudia la ciencia.

4.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

Será bueno considerar cuál es el valor de la filosofía y por qué debe

ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el

hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios

prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una

ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran

de puro sutiles y controversias sobre materia cuyo conocimiento es

imposible.

Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos

liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina

equivocadamente “el hombre práctico”, en el uso corriente de la palabra,

es el que solo reconoce necesidades materiales, que comprende que

el hombre necesita de alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad

de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres vivieran

bien, si la pobreza y la enfermedad hubieran sido reducidas al mínimo

posible, quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad

estimable; y aun en el mundo actual los bienes del espíritu son por lo

menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe

hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que

no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que

estudiar filosofía no es perder el tiempo. El hombre que no tiene ningún

barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan

del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su

país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación

ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre, el

mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales

no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son

desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a

filosofar, hallamos por el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios

conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas

muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera

respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas

posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la

tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza

sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento

de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo, algo arrogante de los

que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y

guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos

familiares en un aspecto no familiar...


Tomado y adaptado de: Russell, Bertrand (1991). Los problemas de la

filosofía. Trad. de Joaquín Xirau. Barcelona, Labor


De acuerdo con el contenido del texto, el hombre “práctico”

A. comprende que no tiene necesidades espirituales.

B. reconoce necesidades espirituales y materiales.

C. no reconoce necesidades espirituales.

D. solo tiene bienes materiales.

5.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

Será bueno considerar cuál es el valor de la filosofía y por qué debe

ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el

hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios

prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una

ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran

de puro sutiles y controversias sobre materia cuyo conocimiento es

imposible.

Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos

liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina

equivocadamente “el hombre práctico”, en el uso corriente de la palabra,

es el que solo reconoce necesidades materiales, que comprende que

el hombre necesita de alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad

de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres vivieran

bien, si la pobreza y la enfermedad hubieran sido reducidas al mínimo

posible, quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad

estimable; y aun en el mundo actual los bienes del espíritu son por lo

menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe

hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que

no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que

estudiar filosofía no es perder el tiempo. El hombre que no tiene ningún

barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan

del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su

país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación

ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre, el

mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales

no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son

desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a

filosofar, hallamos por el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios

conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas

muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera

respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas

posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la

tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza

sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento

de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo, algo arrogante de los

que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y

guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos

familiares en un aspecto no familiar...


Tomado y adaptado de: Russell, Bertrand (1991). Los problemas de la

filosofía. Trad. de Joaquín Xirau. Barcelona, Labor


De acuerdo con el segundo párrafo del texto, se puede concluir que

para que una sociedad sea digna de aprecio

A. es suficiente con que los hombres vivan bien, y la pobreza y la

enfermedad sean reducidas a un mínimo.

B. no es necesario que los hombres vivan bien, y la pobreza y la

enfermedad sean reducidas a un mínimo.

C. no es suficiente con que los hombres vivan bien, reduzcan la pobreza

y la enfermedad a un mínimo.

D. es necesario que la pobreza, la enfermedad y las creencias

habituales sean reducidas a un mínimo.

6.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

Será bueno considerar cuál es el valor de la filosofía y por qué debe

ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el

hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios

prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una

ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran

de puro sutiles y controversias sobre materia cuyo conocimiento es

imposible.

Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos

liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina

equivocadamente “el hombre práctico”, en el uso corriente de la palabra,

es el que solo reconoce necesidades materiales, que comprende que

el hombre necesita de alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad

de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres vivieran

bien, si la pobreza y la enfermedad hubieran sido reducidas al mínimo

posible, quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad

estimable; y aun en el mundo actual los bienes del espíritu son por lo

menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe

hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que

no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que

estudiar filosofía no es perder el tiempo. El hombre que no tiene ningún

barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan

del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su

país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación

ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre, el

mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales

no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son

desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a

filosofar, hallamos por el contrario (...), que aun los objetos más ordinarios

conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas

muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera

respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas

posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la

tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza

sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento

de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo, algo arrogante de los

que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y

guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos

familiares en un aspecto no familiar...


Tomado y adaptado de: Russell, Bertrand (1991). Los problemas de la

filosofía. Trad. de Joaquín Xirau. Barcelona, Labor


Considere el siguiente resumen del texto:

“Según muchas personas, influidas por los negocios prácticos y la

ciencia, la filosofía es una ocupación inútil: no tiene ningún valor y

no hay por qué estudiarla. Sin embargo, a pesar de que la filosofía

12

Página Porque mereces ingresar a la universidad Sesión 1

no tenga un valor material, la filosofía tiene de hecho un valor espiritual”.

¿Cuál de los enunciados completa de manera más satisfactoria el

resumen del texto?

A. Además, la filosofía debe estudiarse porque promueve la

consideración de distintos puntos de vista o posibilidades y, así, evita

el dogmatismo y la adopción no razonada de prejuicios.

B. Además, cuando empezamos a filosofar generamos preguntas que

no tienen respuesta, y por esto debe estudiarse en conjunto con las

ciencias.

C. Por tanto, al igual que la ciencia, la filosofía debe estudiarse porque

promueve la consideración de distintos puntos de vista y, así, evita

tanto el dogmatismo como la duda

D. Por tanto, la filosofía no es útil para el hombre práctico, quien piensa

que sólo hay valores materiales y cree ciegamente en sus prejuicios.

7.

MULTIPLE CHOICE QUESTION

30 sec • 1 pt

DEL DEBER DE LA DESOBEDIENCIA CIVIL (1849)

Creo con todo el corazón en el lema “El mejor gobierno es el que

tiene que gobernar menos” y me gustaría verlo efectivo más rápida y

sistemáticamente. Bien llevado, finalmente resulta en algo en lo que

también creo: “El mejor gobierno es el que no tiene que gobernar en lo

absoluto”. Y cuando los pueblos estén preparados para ello, éste será

el tipo de gobierno que tengan. En el mejor de los casos, el gobierno

no es más que una conveniencia, pero en su mayoría los gobiernos son

inconvenientes y todos han demostrado serlo en algún momento. Las

objeciones que se han hecho a la existencia de un ejército permanente,

que son varias y de peso, y que merecen mantenerse, pueden también

por fin esgrimirse en contra del gobierno. El ejército permanente es sólo

el brazo del gobierno establecido. El gobierno en sí, que es únicamente el

modo escogido por el pueblo para ejecutar su voluntad, está igualmente

sujeto al abuso y la corrupción antes de que el pueblo pueda actuar a

través suyo.

Somos testigos de la actual guerra con México, obra de unos pocos

individuos comparativamente, que utilizan como herramienta al gobierno

actual; en principio, el pueblo no habría aprobado esta medida. Pero,

para hablar en forma práctica y como ciudadano, a diferencia de aquellos

que se llaman “antigobernistas”, yo pido, no como “antigobernista” sino

como ciudadano, y de inmediato, un mejor gobierno. Permítasele a cada

individuo dar a conocer el tipo de gobierno que lo impulsaría a respetarlo

y eso ya sería un paso ganado para obtener ese respeto. Después de

todo, la razón práctica por la cual, una vez que el poder está en manos

del pueblo, se le permite a una mayoría, y por un periodo largo de tiempo,

regir, no es porque esa mayoría esté tal vez en lo correcto, ni porque le

parezca justo a la minoría, sino porque físicamente son los más fuertes.

Pero un gobierno en el que la mayoría rige en todos los casos no se

puede basar en la justicia. No es deseable cultivar respeto por la ley más

de por lo que es correcto. La única obligación a la que debo someterme

es la de hacer siempre lo que creo correcto. La ley nunca hizo al hombre

un ápice más justo, y a causa del respeto por ella, aún el hombre bien

dispuesto se convierte a diario en un agente de la injusticia.

Henry David Thoreau


Tomado y adaptado de: http://thoreau.eserver.org/spanishcivil.html.

Consultado el 25 de enero de 2015


En la frase “Somos testigos de la actual guerra con México, obra

de unos pocos individuos comparativamente, que utilizan como

herramienta al gobierno actual”, la expresión “pocos individuos”

puede interpretarse como

A. un grupo indeterminado de individuos.

B. un grupo minoritario de individuos.

C. un número contado de individuos.

D. un número irrelevante de individuos.

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