(1) El chile ha condimentado la mesa de los mexicanos desde hace milenios, (2) crece a nuestra vera sin mayor problema (3) y cada mercado nos ofrece la variedad deseada en todo momento. (4) Prácticamente no hay comida mexicana sin chile. (5) El maíz, el frijol, el tomate y la calabaza –los otros cuatro grandes de la gastronomía nacional– no necesariamente forman parte de cada platillo, el chile sí; (6) baste recordar la frase de fray Bartolomé de las Casas: “Sin el chile los mexicanos no creen que están comiendo”, o aquella otra del barón Ajejandro de Humboldt que asegura que para los de estas tierras el chile era tan necesario como la sal. (7) Su función de condimento es la que otorga al chile esa función de complemento necesario y hasta insustituible para el curtido paladar nacional. (8) El chile, fresco o seco –fresquísimo en algunos lugares y en otros “pachiche”, pero siempre listo y bueno para comer–, se encuentra ya en modestos mercados, ya sea vendido, casa por casa, por los vecinos de recónditos pueblitos, o envasado en supermercados del país y el extranjero. (9) El fruto de las plantas del chile es paciente y espera por quienes quieran comerlo y descubrir la potencialización que hace del sabor de los alimentos.
¿Cuál de los siguientes enunciados le añade información y enriquece ESTILÍSTICAMENTE la secuencia de los enunciados del 1 al 9 del Segmento I, sin negar lo que en ellos se expresa?