Parménides sostiene que todo lo que es es y no puede ser de otra manera, es decir, que no cambia, a lo que se le
puede objetar que esto es imposible, pues nosotros mismos experimentamos el movimiento y, por lo tanto, el
cambio; al punto que podríamos decir con Heráclito que nadie se baña dos veces en el mismo río. Sin embargo,
Parménides defiende su posición al mostrar que